Al nombre de allah (swt) el mesircordioso el compasivo.
“¡Oh, creyentes! Teman a Allah como es debido y no mueran sino musulmanes”. (3:102)
Glorificado sea Allah que descendió como una misericordia el Islam.
Una forma de vida para la educación y purificación del individuo y de la sociedad.
No existe enfermedad en el carácter o en la sociedad, que el Islam no haya proporcionado un remedio para alcanzar la salud. Una de las enfermedades que el Islam menciona que deben ser evidenciadas, enfrentadas y curadas, es la difamación y la calumnia.
¡Hermanos! Teman a Allah y cuiden su lengua, pues las palabras que se dicen en vano tendrán una terrible consecuencia.
En un Hadiz registrado en el Musnad del Imam Ahmad, Mu‘âdh ibn Yabal narró: Le dije al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): ‘¡Mensajero de Allah! Dime alguna acción que me haga entrar al Paraíso y me aleje del Fuego’. Dijo: ‘¡Has preguntado algo importante! Pero es fácil para quien Allah guía: Adora a Allah sin asociarle nada, haz la oración, paga el Zakat, ayuna el mes de Ramadán, y peregrina a la Casa Sagrada si tienes medios para ello’. Después me dijo: ‘¿Quieres que te indique las puertas del bien? El ayuno que es una protección contra el Fuego, la caridad borra las faltas de la misma forma que el agua apaga el fuego, y la oración en lo profundo de la noche. Luego recitó:
“Se levantan de sus lechos para invocar a su Señor con temor y anhelo, y dan en caridad parte de lo que le hemos proveído. Nadie sabe la alegría que le espera [a los piadosos] como recompensa por lo que hicieron”. (32:16-17)
Después dijo: ‘¿Quieres que te informe cuál es la esencia de este asunto, su fundamento y su eje?’ Dije: ‘¡Claro que sí, Mensajero de Allah!’. Dijo: ‘¡La esencia es el Islam, su fundamento es la oración, y su eje es el esfuerzo por la causa de Allah! ¿Y quieres que te informe sobre el soporte de todo esto?’. Dije: ‘¡Claro que sí, Mensajero de Allah!’. Y agarrándose la lengua, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo: ‘¡Cuida ésta!’. Y yo le pregunté: ‘¿Mensajero de Allah, es que seremos juzgados por lo que decimos?’. Y contestó: ‘La gente será precipitada de bruces en el Fuego por las calumnias que pronuncian sus lenguas’.”
¡Hermanos! La consecuencia de las habladurías, de la lengua indecente que habla en vano, es un castigo terrible. Hay palabras vedadas y prohibidas, y muchas de ellas llevan incluso a la incredulidad, otras conducen al enojo de Allah. Todo esto como consecuencia de las habladurías y las mentiras, de hablar mal de otra persona en su ausencia, de los insultos y las maldiciones. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Allah detesta al charlatán perverso”.
¡Hermanos! Se manifiesta la perversidad y la corrupción como resultado de la calumnia y la difamación, pues mucha gente no le da importancia a la esas palabras y no siguen lo que dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “La mentira conduce a la corrupción y la corrupción conduce al fuego, si el hombre sigue mintiendo, Allah lo registra como un mentiroso”.
Algunas personas sospechan de algo y lo manifiestan en público, sin importarles si afecta a un musulmán, mancha su conducta y reputación sin razón alguna. Quienes así lo hagan rendirán cuentas por haber hablado mal de su hermano musulmán.
Nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El hombre dice una palabra sin darle valor o importancia y como consecuencia cae en el fuego del Infierno”.
Samura ibn Yundub dijo: “El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) soñó que dos ángeles lo llevaban en un viaje celestial y pasaron al lado de un hombre acostado y otro lo golpeaba con cadenas de hierro y le estiraba un lado de su boca y se la estiraba hasta romperle toda la cara, luego lo tomaba del otro lado y repetía lo mismo. Entonces su boca volvía a la normalidad y repetía el castigo una y otra vez. Entonces el Profeta preguntó de qué se trataba y los ángeles respondieron que ese hombre era un mentiroso difamador y ese era el castigo de Allah (swt) hasta el Día de la Resurrección”.
Algunas personas transmiten a los demás lo que piensan sin considerar si están difamando o calumniando a otra persona, y es probable que por sus falsas palabras y mentiras, se propague la enemistad y el odio en la comunidad y la sociedad. Hay gente que transmite las palabras de otras personas sólo con el propósito de inmiscuirse en los asuntos ajenos.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Es una señal del buen islam de una persona, que no se inmiscuye en los asuntos ajenos”.
El creyente, en cambio, piensa bien en lo que dice y averigua los hechos antes de transmitir cualquier cosa para que la información sea la correcta. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El hombre que usa palabras sin fundamento alguno y no medita antes de pronunciarlas, sin saber si es algo bueno, malo, verdadero o falso, caerá en el fuego…”. Y dijo también (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Es suficiente pecado el que comete un hombre que repite y divulga todo lo que escucha”.
¡Oh hermanos musulmanes! Cuiden su lengua, no le den rienda suelta, porque eso acarrea malas consecuencias y lamento en este mundo y el más allá. Dice una frase de sabiduría popular: “El hombre es esclavo de sus palabras, pero rey de sus silencios”. Cuando se vean tentados ha hablar de otra persona, que está ausente, recuerden las palabras de Allah:
“No pronuncia palabra alguna sin que a su lado esté presente un ángel observador que la registre”. (50: 18)
EL Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien cree en Allah y en el Día del Juicio, que diga el bien, o mejor permanezca en silencio”.
¡Siervos de Allah! Cuiden su lengua y no se dejen llevar por conjeturas y sospechas, o por alguna noticia que hayan escuchado porque si esa noticia resulta ser mentira, habrán calumniado a un inocente. Las habladurías son una enfermedad grave que se ha propagado mucho entre gente, pero es fácil salvarse de ella con la ayuda de Allah.
Quien habla mal de los ausentes, en realidad expone su personalidad, ya que si lo conoces un poco más, verás que tienen un carácter repudiable y cometen todos los pecados que critican en otros.
¡Musulmanes! Allah describió al hombre que difama a sus hermanos musulmanes con el ejemplo más feo y repudiable, con una persona que come del cadáver de su hermano. Sin dudas es algo detestable y repudiable.
El musulmán tiene una obligación y un deber cuando escucha una calumnia, una difamación o una habladuría: Se debe llamar a la reflexión y prohibir ese pecado, defendiendo el honor de quien está siendo atacado, dándole el beneficio de la duda, ¿Acaso si vieras a alguien comer de la carne de tu hermano muerto, no lo impedirías? Allah dice:
“¡Oh, creyentes! Eviten sospechar demasiado [de la actitud de los demás], pues en verdad algunas sospechas son un pecado; y no se espíen, ni hablen mal del ausente, porque es tan repulsivo como comer la carne de un hermano muerto ¿Acaso alguno de vosotros desearía hacerlo? Por supuesto que les repugnaría. Y teman a Allah; porque Allah es Indulgente, Misericordioso”. (49: 12)
En el viaje nocturno del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), pasó cerca de un grupo de gente que tenían uñas largas de cobre y con ella arañaban sus caras y sus pechos, entonces preguntó por ellos y el ángel Gabriel respondió que ellos eran los que criticaban y calumniaban a la gente y hablaban mal del ausente, entonces el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Oh gente que creen solamente con la lengua y no con sus corazones, no hablen mal de ningún musulmán ausente y no divulguen sus defectos, porque quien lo haga, Allah divulgará sus defectos y lo deshonrará en su propia casa”.
Dice Allah en el Corán:
“Oh creyentes, teman a Allah y hablen con la verdad. Él hará prosperar vuestras obras y perdonará vuestros pecados. Sepan que quien obedece a Allah y a Su Mensajero obtendrá un triunfo grandioso”. (33: 70-71)
Glorificado sea Allah que creó la hermandad entre los musulmanes. Los musulmanes son hermanos y colaboran unos con los otros. Hagan el bien, sean piadosos y respétense los unos a los otros en cuanto a las intimidades de cada uno y no difaméis a sus hermanos. Teman a Allah y respeten los derechos de los demás. Defiendan la reputación de quien es atacado a sus espaldas y repudien las infamias al igual que defenderían su propia vida.
Teman a Allah y aconsejen a los que difamen a las personas con las palabras del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) cuando dijo: “Si es verdad lo que dices de él, lo habrás difamado y si no, lo habrás calumniado”.
El Imam Ahmad dijo que la calumnia es una de acciones más graves y peligrosas. Tengan cuidado y protejan su propia alma de ese mal. Si encuentran esa enfermedad en un musulmán, recuérdenle con buenas palabras que regrese al camino recto. La peor obra es causar la enemistad entre hermanos.
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No ha de entrar al Paraíso el calumniador”.
Dice Allah en el Corán evidenciando lo repulsivo de esa característica en una persona:
“No sigas al que jura permanentemente, al difamador que siembra la discordia, a quien se niega a hacer el bien, al transgresor, al pecador, al arrogante y además bastardo, porque tenga bienes e hijos. Cuando se le recitan Nuestros preceptos dice: Son fábulas de los ancestros”. (68: 10-12)
Que Allah nos bendiga a través del Sagrado Corán y las enseñanzas del Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Siervos de Allah, dice en el Corán:
“Por cierto que Allah y Sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él”. (33:56)
wa assalamo alaikom wa rahmatu allah wa barakatuh
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